¿Cuál es la diferencia entre una tasación y una valoración?

Tasación o valoración… ¿qué necesito? Lo primero, vamos a conocer la diferencia.

La tasación es un documento con validez legal. Certifica el valor de un inmueble mediante una metodología establecida en la normativa. La tasación fija el precio del inmueble.

La valoración es un informe que establece el valor orientativo de un inmueble mediante la aplicación de diversos métodos de valoración, pero que no tiene una validez legal. La valoración orienta sobre el valor del inmueble.

Un aparejador o arquitecto técnico es un profesional adecuado para tus tasaciones o valoraciones. 

Las valoraciones suelen utilizarse cuando se va a vender un inmueble y se necesita conocer el valor aproximado del mismo para fijar el precio de venta.

Las tasaciones, al tener validez legal, se suelen necesitar en mayor número de ocasiones: para un reparto de bienes, consecuencia de una separación o una herencia, para informar a Hacienda de su valor real o bien como garantía hipotecaria (aunque en este último caso las contrata la entidad bancaria a través de las llamada sociedades de tasación).

Normalmente, necesitarás una tasación cuando tenga una finalidad legal. Y una valoración, cuando necesites un precio orientativo.

Recuerda que puedes consultar a un aparejador o arquitecto técnico o solicitar los servicios de estos profesionales desde Tu Edificio en Forma.

Accede como colegiado de activatie para poder comentar.

¿Cuál es la diferencia entre una tasación y una valoración?

¿Cuál es la diferencia entre una tasación y una valoración?

Otras publicaciones

Motivos para mejorar la envolvente térmica de nuestros edificios
  • 3 may. 2018

  • activatie

Motivos para mejorar la envolvente térmica de nuestros edificios

Consejo Eficiencia Energética En España, el tema de la construcción y rehabilitación de viviendas aplicando criterios de sostenibilidad es un concepto relativamente reciente. La eficiencia energética, ese término que está "de moda" en el sector de la edificación es una idea en la que nunca se había pensado, hasta que no quedó más remedio que recurrir a ella. El motivo es que estamos padeciendo dos problemas que nos afectan directamente por no haberla aplicado antes: los preocupantes niveles de CO2 presentes en las ciudades y el aumento incesante de los precios de los combustibles empleados en casa. Así que es ahora cuando la sociedad se ha dado cuenta de que es necesario reducir al máximo la emisión de gases contaminantes de nuestros edificios y conseguir el mayor ahorro de energía. A nuestro favor tenemos el hecho de que hoy en día ya existen muchas opciones para mejorar el aislamiento térmico de una fachada. Y solo es cuestión de elegir el sistema que mejor se adapte a tu situación particular. ¿Pero por qué hablo solo de edificios?  Porque casi el 50% de la energía que se consume en las ciudades se utiliza en los edificios para alimentar las instalaciones de calefacción, aire acondicionado, calentamiento de agua, etc. El sector de la edificación es el causante de la mitad de los gases contaminantes presentes en la atmósfera, así como de la generación de residuos. El motivo es que aproximadamente el 80% de los inmuebles de este país se han ido construyendo sin tener en cuenta ningún criterio de eficiencia energética. Eso significa que tenemos un parque edificatorio formado por viviendas ineficientes que despilfarran energía. No tenemos cultura de sostenibilidad. Y la razón es que no vemos por dónde se pierde la energía. El calor escapa a través de las paredes de manera invisible y no somos conscientes del despilfarro energético que se produce en viviendas mal aisladas. Si nos paramos un momento a pensarlo, nos damos cuenta de que más de la mitad de nuestra vida la pasamos dentro de viviendas, en las cuales sufrimos unas condiciones ambientales que no son las idóneas para nuestra salud, como por ejemplo humedad, mala calidad del aire y el exceso de frio o de calor. Un apunte: solamente a partir de los años 80 se empezó a introducir aislamiento en las cámaras de aire de las fachadas.  Actualmente, la cosa ha mejorado bastante, y la construcción o rehabilitación de un inmueble ya se realiza buscando el mayor confort para el usuario a cambio del menor coste energético. Una manera sencilla de conseguir este clima de confort es mejorando la envolvente térmica del edificio. Solo con eso ya podremos conseguir unas mejoras de hasta un 30% de ahorro en las facturas energéticas del hogar. ¿Y qué es la envolvente térmica?  Definimos así al conjunto de los elementos exteriores de un inmueble: fachadas, cubiertas, suelos, techos, ventanas... todo lo que forma la piel del edificio y nos aisla y protege de las agresiones medioambientales externas. Para mejorar la envolvente existen diversas soluciones que nos permitirán aumentar el nivel de confort interior de los hogares, como por ejemplo colocar un aislamiento por el exterior del cerramiento de fachada, rellenar la cámara de aire con planchas o espumas aislantes, o colocar trasdosados aislantes por la pared interior de las paredes.  También podemos instalar acristalamientos más eficientes, cubiertas aislantes, y muchas otras técnicas que nos permitirán conseguir un mayor aislamiento térmico en casa y ahorrar en la factura de la luz. Consulta a un arquitecto técnico porque será el profesional más adecuado para orientarte hacia la mejor solución, que no tiene porqué ser la más cara. Segun el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), si aplicamos buenas prácticas de rehabilitación sostenible, reduciremos un 40% el consumo energético de nuestras viviendas, así como las emisiones de gases contaminantes. Y con el ahorro mensual que estaríamos obteniendo en las facturas energéticas, en unos 7 años habríamos amortizado la inversión en aislamiento. De esa manera, con esta rehabilitación energética de la envolvente no solo mejoramos las condiciones de habitabilidad de nuestras viviendas, sino que reducimos los gases causantes del efecto invernadero, y tenemos la conciencia tranquila de saber que vivimos en edificios que luchan contra el cambio climático favoreciendo en la cuidad la presencia de un aire más puro y saludable. Por eso una buena recomendación es consultar a un arquitecto técnico antes de acometer la obra de rehabilitación. Este técnico será el encargado de guiarte en la estrategia a seguir antes de empezar la obra: realizando un trabajo previo de inspección del edificio, consultando las normas urbanísticas que le puedan afectar, valorando los posibles ensayos que se tengan que realizar, e informándose de las ayudas y subvenciones que conceden las administraciones públicas para esos trabajos.

¿Estás pensando en instalar un sistema de energía solar térmica?
  • 6 jun. 2022

  • Colegio_Murcia

¿Estás pensando en instalar un sistema de energía solar térmica?

Consejo Eficiencia Energética El funcionamiento de los sistemas solares térmicos se basna en aprovechar la energía de la radiación solar para conseguir calor. Dicho calor se puede utilizar para cocinar y para producir agua caliente, ya sea sanitaria o para calefacción. Otra función interesante es calentar agua de piscinas. Actualmente existen programas de ayudas para subvencionar el coste de su instalación, las convocatorias se hacen a nivel autonómico, por lo que te recomendamos consultar a un técnico de tu zona. Funcionamiento: El sistema consiste en captar la radiación solar mediante paneles solares situados en cubierta y convertir energía en calor. Los paneles o captadores pueden ser de tres tipos: de placa plana, de tubos de vacío o parabólicos. El calor generado se transporta al acumulador donde se almacena el calor, que tiene en su entrada un intercambiador de calor que calienta el agua de consumo que luego se distribuye por las tuberías para su uso. Estos sistemas disponen además de un panel de control que permite ver las temperaturas en cada instante, lo que nos permite controlar el funcionamiento de dicho sistema. Es una de las mejores soluciones para suelo radiante. Tipos: Existen tres tipos de energía solar térmica: de baja temperatura, de media temperatura y de alta temperatura. La diferencia entre ellas, como bien indica su nombre, es la cantidad de temperatura que es capaz de generar cada tipo y depende del sistema de captación del calor utilizado y también de la zona en la que se encuentra. Las más usadas en viviendas son las de baja temperatura que consigue alanzar hasta 65 oC. Ventajas: Una vez instalado, se consigue energía gratuita, ya que aprovechamos los rayos de sol, que son una fuente natural. Respeto al medio ambiente. Es una energía renovable que se obtienen sin la necesidad de quema de combustibles, por tanto, no emite gases ni partículas químicas al exterior Energía constante. Se obtiene del sol, una fuente de energía inagotable No produce ruido, por tanto, no produce contaminación acústica. Mantenimiento mínimo. Es un sistema que requiere de una inversión inicial importante por eso es necesario instalarlo de manera adecuada y hacer el mejor uso posible para aprovecharlo al máximo. Por ejemplo, una forma es combinarlo con un sistema aerotérmico para mantener un alto confort térmico todo el año. No dudes en consultar a nuestros técnicos tanto en su diseño, ejecución, y asesoramiento en temas de licencias y tramitación de subvenciones.

Climatización con suelo radiante
  • 24 ene. 2023

  • Colegio_Murcia

Climatización con suelo radiante

Consejo Reformas ¿Qué es el suelo radiante? Es uno de los sistemas de calefacción más confortables y eficientes del mercado, ya que aporta una temperatura ambiente agradable y uniforme por toda la vivienda: el aire caliente tiende a subir, por eso es más óptimo que se irradie desde el suelo, proporcionando un flujo de temperatura ascendente. Aunque además de calefactar, que es el uso más óptimo, puede refrigerar la vivienda. Está constituido por una red de tuberías bajo el suelo por las que circula agua caliente o fría, según el modo en el que esté trabajando,  que calienta o enfría el pavimento, y por tanto la estancia. ¿Y cómo funciona este sistema de climatización? En invierno, el agua caliente circula a una temperatura entorno a los 40º por las tuberías. Al distribuirse el calor desde el suelo conseguimos el confort ideal para las personas. El agua se calienta a través de calderas de gas, gasoil, biomasa, bombas de calor o energía solar. Las opciones más ecológicas y a la larga, económicas para calentar el agua de nuestro circuito serían mediante captadores de energía solar o mediante bombas de calor aerotérmicas. Ambas soluciones nos ayudarán a reducir la huella de carbono y además, nuestra factura eléctrica de manera muy considerable. En verano, el agua fría circula a una temperatura entorno a 15º, esto provocará la absorción del calor ambiental, consiguiendo una sensación agradable de la estancia, sin corrientes de frio. Es importante tener en cuenta que este tipo de refrigeración no es óptima para todos los climas, ya que influye la humedad relativa y las temperaturas máximas que se pueden alcanzar. Por ejemplo, en Murcia, las condensaciones superficiales serían un problema y no sería un sistema efectivo. Es importante saber que este tipo de calefacción no está pensada para apagarla y encenderla continuamente, ya que para que en la estancia se note una temperatura confortable, primero se ha debido calentar todo el solado. Destacar también que, gracias al aislamiento de la instalación de este tipo de climatización, contamos con el extra de que no solo aísla térmicamente sino que también lo hace acústicamente. Hagamos un breve resumen de pros y contras: VENTAJAS Saludable: no hay corrientes de aire que muevan polvo o ácaros, evitando problemas respiratorios y sequedad ambiental. Confortable: se evitan zonas de contraste frio/calor, puesto que en invierno se irradia el calor desde el suelo y en verano el calor del ambiente se absorbe, también, a través del suelo. Este sistema se ajusta perfectamente al perfil de temperaturas óptimas para el cuerpo. Invisible: Deja el espacio libre de aparatos o elementos que entorpezcan la visual de la estancia Ahorro energético: ya que el agua de los circuitos está a baja temperatura y ésta se acumula en el suelo. El suelo va liberando esa temperatura para hacer la estancia confortable INCONVENIENTES Inercia térmica: no notamos el efecto, caliente o frio, en el momento de conectarlo, como si puede pasar con otro tipo de climatización, ya que se tiene que calentar o enfriar toda la superficie del suelo para que empecemos a notar la temperatura confortable. Punto de rocío en suelo refrescante: la temperatura y la humedad de dentro de la vivienda es fundamental para saber que temperatura mínima podremos conseguir con el suelo refrescante. En las zonas más cálidas y con alta humedad, se necesitan apoyos como pueden ser fan-coils, para refrescar las estancias Si estás pensando en incluir o cambiar el sistema de climatización de tu vivienda, no dudes en contactar con un arquitecto técnico. Te asesorará en el sistema más conveniente de climatización para tu vivienda, local, incluso piscina.